Onomatopeyas

Haciendo gala de mi bipolaridad, mezclada con melancolía y una pizca de claustrofobia, mientras, me doy cuenta que no todo el la vida son las carreras de ornitorrincos homosexuales en celo y esnifar sendas cantidades de cuerno de unicornio molido, voy a dejar de lado esos vicios (por hoy) y le voy a dar un giro drástico a esta historia (repito, solo por hoy).

OFF THE RECORD: en realidad Fabricio, si el de los quesos, me saco la sponsorizacion, y tengo que admitir que el cuartirolo intravenoso me generaba una algarabía solo comparable con la que sentiría Smithers montando un unicornio, por supuesto antes de que el cuadrúpedo sea justificadamente sacrificado para extraer su tan preciada ornamenta con la cual se elabora ese polvo mágico que hace a las delicias de random (pero privilegiadas) narices. Y sin mi dosis de néctar cuajado de rumiante, tengo que admitir, no soy el mismo.

Advertencia y justificación de por medio... a lo tuyo chaval!

ok ok OK! Ya se, no con este día, no con lo seductora que se presenta, no esta muy buena la combinación, es un cocktail molotov, y mezclar determinado tipo de música (Floyd, Waits, Molotov no (porque el cocktail esta bien para hacer las delicias de nuestros momentos punk pero la banda para escuchar no), y un largo etc.), determinado tipo de sustancias (mate, whiskey y torta de fiambre (mentes podridas)) y determinado tipo de encierro, lo termina por boicotear a uno.
"Soda con el Whiskey?", me pregunto ella, "cáustica?" pensé, "Si gracias" dije, sabiendo que no la iba a tomar (a no ser que efectivamente fuera cáustica), porque definitivamente somos así, si tenemos el veneno en frente nos seduce.